Binance, Coinbase o Crypto.com son algunas de las principales plataformas de intercambio de criptomonedas, más conocidos como “Exchanges”. Estas plataformas permiten a los usuarios comprar, vender y comerciar con Bitcoin y otras criptomonedas. Las plataformas también ofrecen servicios de custodia para los usuarios lo que, en teoría, les permite almacenar sus monedas de forma segura.
El Bitcoin es la criptomoneda por excelencia que, junto a otras, se ha convertido en una forma de intercambio de valor en el mundo. Esta moneda descentralizada se creó en el 2009 y desde entonces ha experimentado un crecimiento exponencial (y últimamente alguna caída de infarto…). El Bitcoin también se puede usar para comprar y vender bienes y servicios, así como para realizar transacciones financieras.
En España, el Bitcoin y otras criptomonedas desde el primer momento se han encontrado sujetas a la legislación fiscal. Esto significa que los usuarios deben declarar sus ganancias y pérdidas de criptomonedas en sus declaraciones de impuesto; obtenidas no sólo por la compraventa de estas sino también por las permutas entre ellas.
Además, los usuarios deben tener en cuenta que los intercambios de criptomonedas realizados en “Exchanges” como Binance, Coinbase o Crypto.com están sujetos a la legislación de prevención de blanqueo de capitales. Esto significa que los usuarios deben proporcionar información sobre sus actividades comerciales y sus identidades para poder utilizar estas plataformas.
De las tres principales plataformas de criptomonedas, a fecha de publicación de este artículo, es Binance, el único que se encuentra inscrito en el Registro del Banco de España de proveedores de servicios de cambio de moneda virtual por moneda fiduciaria y de custodia de monederos electrónicos. Todo ello debido a que, tras la quiebra del operador FTX, la cual movió los cimientos de las actividades con criptomonedas a nivel mundial, el Banco de España interrumpió la inscripción de operadores a finales del mes de octubre de 2022. Por lo que, en nuestra opinión, de los tres mencionados, es el único operador que ofrece ‘ciertas garantías’ en materia de prevención, honorabilidad comercial y profesional supervisados por el BdE.
Si bien 2022 no ha sido un año idóneo para las inversiones realizadas en este tipo de activos, es innegable que las criptomonedas han venido para quedarse, y en el futuro, aún siendo de elevado riesgo, supondrán un activo de inversión a tener en cuenta cuya trazabilidad fiscal debe ser declarada y observada por los inversores.
En conclusión, tanto el Bitcoin, como el resto de las criptomonedas están sujetas a la legislación fiscal española, por lo que independientemente de la recomendación de operar en aquella plataforma que ofrezca las mayores garantías, el hecho de realizar operaciones en cualquiera de ellos implica la sujeción a la fiscalidad española y a estar atentos a la cambiante normativa tributaria al respecto.
